Mi afición a los toros me llevó a este cuarto relato. Es el mundo en el que vivieron muchos de nuestros famosos toreros ecijanos, cuando iniciaron su andadura en tan difícil y completo arte, como es el de Cúchares.
En dichos caminos y veredas quedan ilusiones truncadas, otras, en plazas de pequeñas categorías; los menos consiguen subir a la cúspide del estrellato, pero no les quepa la menor duda, de que todos pasaron la aduana de las dificultades a las que me refiero, aunque el sabor del éxito les haga recordarlas con mayor dulzor en los que llegaron y como experiencia a los que se quedaron en el camino de esa ilusión.