Ayer, cuando me encontraba en el Hospital Virgen del Rocío, acompañando a un familiar en el lecho del dolor (lleva mi familia una temporadita que este puto año bisiesto – nunca me han gustado los bisiestos- nos está dejando señalados a ese nivel), cuando al sonar mi móvil -vi que de la llamada recibida, brotaban lágrimas de dolor- me dieron la noticia de que había fallecido mi amiga y amiga de todos Yolanda Marín, el alma se me cayó y se salió de mi cuerpo.
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